¿Qué es la ruta?
Es nuestro campamento itinerante, hecho de renuncia, de amistad, servicio y alegría.

Es el reto de tomar la vida en nuestras manos, para llegar a ser una adulta formada, competente, en cuya palabra se puede confiar: estar siempre dispuesta a dar lo mejor de tí misma para servir a Dios y a los demás, no una vez, sino todos los días (Ceremonia del Compromiso Guía Mayor).

Es renovar en cada  edad esta promesa, en las sucesivas etapas de la vida, en el lugar de trabajo, la familia, la parroquia… donde quiera que seamos llamadas a vivir. Es elegir y guardar la ley guía como columna vertebral en la edad adulta.

“ La peregrinación simboliza vuestra vida. Significa que no os queréis instalar, que os resistís a todo lo que tienda a embotar vuestras energías, a apagar vuestras preguntas, a cerrar vuestro horizonte. Se trata de ponerse en marcha aceptando el desafío de las intemperies, de afrontar los obstáculos –primeramente los de nuestra debilidad-, de perseverar hasta el final. Jesús es nuestro camino. Nos acompaña, como lo hizo con los discípulos de Emaús. Nos muestra el sentido de nuestro caminar. Nos reconduce cuando erramos el camino. Nos levanta cuando caemos. Nos espera al final del camino, cuando llegue el momento del reposo y del gozo” Juan Pablo II, jóvenes de Estrasburgo, 1988.