El Fuego es la tercera rama del Movimiento Scout (llamada Rama Roja) para las guías.

La lobata de 8 a 12 años es la edad de la infancia, ahí ella hace «lo mejor» y forma con las seisenas y las jefas «la familia feliz». Ella aprende a ser autónoma.

La guía de 12 a 17 aprender a estar «siempre alerta» para ocupar su lugar en una patrulla en la que cada una puede contar con ella. Ella saldrá de su patrulla y de la compañía, mayor y fortalecida física, mental y espiritualmente.

A partir de los 17 años, la guía entra en el Fuego. Entra en el mundo de los adultos y vive en equipo. Se trata de una elección de vida para ser cristiana en el mundo, dispuesta a «servir», capaz de asumir responsabilidades.

Esta vida de guía adulta se vive en el Fuego Piloto los dos primeros años y luego en el Fuego Interjefas.
El Fuego es la fraternidad que nos une a otras guías a través del esfuerzo compartido. Es esa llama interior que se enciende por una vida de cristiana adulta. Son nuestros campos que nos enraízan en la contemplación de la Creación, el amor a la Iglesia. Esta llama en nosotras, ante la presencia de Cristo «que calienta, que guía y tranquiliza». Es esa manera de considerarnos siempre en servicio.